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milenium


VIERNES 27 DE ENERO DE 2012

MAMA, QUIERO SER GÓTICA

Rooney Mara & Daniel Craig


CRITICA





Escribir sobre Milenium sin ser uno de los millones de lectores que han devorado las novelas de Larsson, y sin haber visto las tres películas de la adaptación sueca, me coloca en la mejor posición posible para  establecer un veredicto imparcial sobre la obra de Fincher.

El creador de "El Club de la lucha" y "Seven" nos coloca ante un relato de suspense  coherente y sostenido, sin grandes sobresaltos que se adecua y funciona cómo metáfora del clima gélido que envuelve a los protagonistas. No se equivocan los que dicen que esta es una trilogía hecha a la medida de Fincher, tal vez el realizador moderno, junto a Nolan, que mejor ha retratado el espíritu decadente que define al  hombre post 11-S. Sin pretenderlo se convierte así en historiador de nuestro momento presente, construyendo un individuo aislado pero conectado, desencantado pero en continua búsquedad, cruel pero misericordioso... un conjunto de opuestos que dan dimensión casi bíblica a su creación. No es difícil establecer un hilo conductor entre los  Lisbeth y Mikael de Milenium y el Tyler Durden de "El Club de la lucha" o incluso el Mark Zuckerberg de "La red Social", su anterior y gran obra maestra. En todos se repite la misma máxima: cuidado con los marginados, porque de ellos será la gloria. Pero hay otras señas de identidad en el último Fincher. El Estado ha dejado de tener el monopolio legítimo de la violencia, y ésta es ejercida por el ciudadano como forma de liberación o catarsis. La forma es tan o más importante que el fondo, de esta manera sobresale la fotografía de  Jeff Cronenweth, los títulos de crédito, la composición de planos del propio Fincher, el alarde tecnológico con Appel como buque insignia, los elementos fetichistas y sadomasoquistas de una gran carga icónica, y finalmente, y más importante, la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, que fluye en sintonía con el montaje de Kirk Baxter y Angus Wall. De la sabia comunión de todos estos elementos vuelve a ser culpable Fincher.


Daniel Craig realiza una interpretación equiparable a la que le dará el Oscar a Clooney por "Los Descendientes". Salvando las evidentes diferencias de vehículos, el fondo es el mismo, seres desorientados por sus circunstancias, y en ambos domina ese carácter aterido que a uno le hará levantar la estatuilla dorada y a otro ganarse fama de inexpresivo. Personalmente prefiero a Bond. El marido de Rachael Weisz puede presumir de tener la filmografía más interesante de todos los agentes 007, salvando a Sir. Sean Connery.
El papel de Lidsbeth era un caramelo envenenado al que Rooney Mara ha sabido sacar partido. Sin duda es una de esas creaciones que quedarán guardadas en la retina del espectador, como la Nina de Natalie Portman en "Black Swan", en parte por el mérito indiscutible de sus interpretaciones, en parte por el poder icónico post-modernista de ambos personajes. Pese a su nominación Mara no logrará el Oscar que sí levantó la Portman, pero no importa, le quedan dos entregas más para resarcirse. Se agradece también la presencia de Christopher Plummer, que está viviendo una segunda juventud que tendrá su colofón con el Oscar más merecido de esta edición, por su trabajo en "Beginners". El habitual de Von Triers, Stelan Skarsgard y la ex de Sean Penn, Robin Wright, cierran el reparto.


Tener la presión de la adaptación cinematográfica de un best-seller moderno debe ser la peor pesadilla a la que un guionista debe enfrentarse, pues los ojos críticos y prejuicios hacía tu trabajo se multiplican. El encargado de tan dudosos honor es Steven Zaillian, que tiene en el guión de "La lista de Schidler"  su máxima credencial. Además este año vuelve a competir al Oscar por el libreto de "Moneyball" que co-escribe junto a Aaron Sorkins, guionista de la anterior cinta de Fincher; al final parece que todo acaba repartiéndose entre los mismos. Cómo dije al comienzo no he leído la novela de Larsson, por lo que me resulta imposible calibrar cuán fiel es Zaillian al material pre-existente,  o visto de otra manera, que errores son del guionista y cuales deben ser atribuidos al novelista.  Nos encontramos ante una trama de suspense clásica, donde dos personajes marginales investigan un asesinato en una complicada familia de ricos. Nada nuevo con estas credenciales. Una mitad de la cinta en donde seguimos a nuestros dos protagonistas por separado, lo cual nos hace plantearnos suposiciones absurdas sobre cual será su relación o cómo será el primer encuentro, lo que ocurre, como todo lo importante de la trama, sin demasiado aspaviento de una manera natural, y esto tal vez es lo mejor y lo peor de la historia. Sobresalen las escenas de sexo teñidas de violencia, tal vez demasiado crudas para el tono light (quién lo iba a decir) o sosegado de la historia. Una norma  básica del suspense es que la trama debe parecer muy complicada, pero en esencia resolverse de una manera fácil para que el espectador pueda irse satisfecho a la cama, en esto el guión de Zaillian cumple a la perfección, aunque si es verdad que los últimos 40 minutos son un continuo desenlace sin demasiados impedimentos, lo que te hace cuestionar la verosimilitud de la historia.


Otro punto a su favor que podría resultar banal  pero que es muy de agradecer, el fuerte componente erotizante para todos los públicos de la propuesta. Desde los planos innecesarios de los slips de Craig, hasta los encuentros lésbicos de una Rooney Mara sin ningún tipo de complejos y remilgos.


En resumen, será considerada una obra menor del genial Fincher pero te dejará con ganas de ver las demás entregas, que es el principal cometido del primer capítulo de una trilogía (recuerden "La brújula dorada" también con Craig).

Christopher Plummer
Robin Wright
Stelan Skarsgard

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